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Uno de los aspectos en los que más ha evolucionado la química en las últimas décadas es en la creación de productos impermeabilizantes que se adapten a las construcciones actuales, con perfectos resultados y en ciertos casos incluso siendo óptimos para el diseño.
Muchos arquitectos y aplicadores siguen siendo fieles a sistemas de impermeabilizaciones con tela asfáltica, pero muchos otros optan por evolucionar y elegir los sistemas actuales más apropiados para cada caso.
Como es sabido, la principal función de los impermeabilizantes es la de evitar el paso o filtración del agua sobre la zona a cubrir, pero son muy diversos los casos y situaciones donde se debe elegir el impermeabilizante adecuado.
La mayoría de las impermeabilizaciones funcionan eliminando o reduciendo la porosidad del material, llenando infiltraciones y aislando la humedad del medio. En definitiva, la impermeabilización impide el paso de la humedad a las diferentes partes de la construcción. Los espacios que se deben de impermeabilizar principalmente en una obra son la albañilería no pintada, las fuentes, los techos, las paredes, los desagües de techos, entre muchos otros. En la construcción civil, son empleados en el aislamiento de fundaciones, pisos, tejados, lajas, paredes, depósitos y piscinas.
Existen varios tipos de impermeabilización como son los impermeabilizantes integrales, los asfálticos, los prefabricados y las bases primarias para estructuras metálicas, cada uno ideado para cada superficie y caso. Debido a esta amplia variedad de situaciones, es recomendable que tanto los aplicadores como los expertos que decidan que sistema usar, estén perfectamente informados sobre las diversas opciones y no simplemente ceñirse al sistema que les ha dado resultado en otras ocasiones, puesto que cada situación es única.
En la mayoría de los casos nos encontramos con la necesidad de aplicar impermeabilizaciones en espacios exteriores para proteger la zona inferior del sentido del agua positivo, pero en muchos otros espacios interiores, como pueden ser los casos de los depósitos de agua, el sentido es negativo, o sea de adentro hacia afuera y la situación cambia totalmente, así como los impermeabilizantes adecuados para aplicar.